Grandes sonrisas :)

sábado, 24 de marzo de 2012

Día 9. Domingo.

Bueno, lo de hoy es muy grande. Omar se ha levantado a las seis de la mañana, nos a robado un sujetador a cada una y unas bragas y
se ha ido a comprarnos un bikini a cada una. Ha llegado a la habitación, nos los ha lanzado a la cara y a gritado:
-¡NOS VAMOS A LA PLAYA!
¿Se ha vuelto loco? Para algún despistado, Las Vegas no tiene playa. Por lo menos los bikinis son muy bonitos. Los dos sin tirantes,
según él, "para que no se nos quede la marca cuando tomemos el sol". El mío es de leopardo, con un arito en los lados de la braga y
en medio en la parte de arriba; el de Amanda es negro con puntitos de colores. Por supuesto, no le hemos echo ni caso, le hemos dado
las gracias y nos hemos vuelto a la cama.
Como hoy vienen los padres de Nerea, Lars nos pidió que nos fuesemos por ahí para que el primer día ocurriese sin incidentes.
-Chicas, tengo un plan para no aguantar a los padres de Nerea.
-¡Que no hay playa!- le gritamos, con sueño. Lo de la noche anterior no fue mucha juerga, pero noticiones a montones.
-Ya, lo se. Nos vamos a ¡Los Angeles!- grita eufórico.
-Como si nos vamos a China, yo quiero dormir- le digo cogiendole y tirandole a la cama. No se si lo he comentado,
pero ahora Omar y yo estamos en una etapa extraña. Estamos de lío, pero no saliendo.
Él me abraza, y me dice al oído:
-Los Angeles, la playa, en un hotelito, tu y yo...- eso consigue hacerme cambiar de idea. Le empujo, y voy a cambiarme de ropa. Amanda, resignada, me sigue.
Omar baja a avisar a Lars, que se pone MUY MUY contento... aunque no mas que Nerea.

Tras cinco puñeteras horas de viaje (había carabana) llegamos a la playa de Los Angeles. ¿Quien me iba a decir a mí que vería tanto mundo...
Con las maletas en el coche (aún no sabemos porque Omar nos ha echo llevarnos toda nuestra ropa, que no era mucha)nos quitamos
la ropa, la tiramos en la arena junto a las toallas y, sin dejar de correr en plan películas nos tiramos al mar. Omar me abraza y me besa.
Un beso con sabor a salr, un beso corto. Luego agarra a Amanda y la lanza. Así nos pasamos jugando, nadando y abrazándonos durante una hora en el mar,
hasta que nuestros dedos se arrugan.

Entramos en el hotel. Es rústico (al parecer ya hemos casi gastado el dinero que hemos ido ganando), aunque la habitación es espaciosa y muy bien amueblada. Es muy acogedora. Tiene tres camas, con un gran ventanal al fondo con vistas a la playa y un baño con una bañera muy grande.
-¿Nos metemos en la bañera?- pregunta Amanda, riendo pícaramente.
-¡Hagamos espuma!- gritanmos los tres a la vez, que nos volvemos a quedar en bikini y bañador y nos metemos los tres a la bañera. Cogemos gel y nos ponemos a echar en el agua, hasta que llenamos la bañera de burbujas y espuma.

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